Un ritual que sigue y sigue es la conocida Pintada.
Todavía no pudimos llegar a la añorada normalidad, pero -por un ratito- nos acercamos un poco.
No hubo hamburguesas ni bebidas compartidas, pero cada uno pudo disfrutar de unas papas, un bon o bon y su gaseosa.
Y hubo música. Y baile. Y festejo.
Padres y madres de la Coope participaron junto con autoridades, docentes y no docentes en las 3 fiestas, cuidando a los chicos (¡por algo participamos!), entregando la bebida, la comida y, al final de cada fiesta, acomodando el gimnasio para que pudiera usarse nuevamente.
Esperemos que el año que viene podamos sumar a más padres para que disfruten de este festejo (¡¡y que haya hamburguesas!!).